Porque Mi Bebe No Duerme Siesta
Las siestas duran solo unas horas, pero tienen la posibilidad de perjudicar a las veinticuatro horas de la jornada de un niño. Las siestas pueden mejorar el humor de un niño y hacer que sienta menos irritable, reduciendo los episodios de llanto y las pataletas. Los estudios detallan que los pequeños que echan la siesta a diario enferman menos a menudo, medran mucho más, y tienen menos probabilidades de ser obesos en la edad avanzada. Las siestas mejoran la atención y el desarrollo cerebral. Asimismo pueden contribuir a compensar, si alguna noche el niño o niña ha dormido menos horas de lo común.
Si ves que no hay forma de que se duerma, dile que aunque no duerma ha de estar tranquilo un rato, descansando. Ofrécele algún juguete o un libro, pero no lo dejes levantarse hasta que consideres que ha descansado. Esto se origina por que mientras que lo tienes en brazos está recibiendo estímulos, con lo que puede alargar la siesta puesto que su necesidad primordial no está desatendida. Pero si lo dejas separado cesan los estímulos que recibía y si ha superado el agotamiento inaplazable que le llevó a reposar vuelve a la carga a por mucho más estímulos. Conforme un bebé medra se hace poco a poco más marcado el ritmo día/noche.
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Estas asociaciones suelen ser tan primordiales a fin de que el niño se duerma que sobrepasan cualquier otra razón o solución. Como son temas tan complicados, ofrecemos un capítulo de este libro a cada una de estas asociaciones. Con niños de 3 o 4 años hay que tener cuidado en no excederse con la siesta, ya que tiende a entorpecer con el sueño nocturno. Por eso,lo ideal es que duerman apenas pasado el mediodía, y que la siesta no se prolongue durante más de una hora u hora y media. De lo contrario, a la noche no va a haber forma de que se vayan a la cama.
Las causas son diversos, casi tanto como diferentes patrones de sueño tiene la posibilidad de tener un niño en esta etapa de su vida en la que no siempre saben todavía volver a dormirse solos. El colecho puede ayudar al bebé a conciliar el sueño fácilmente al notar que está cerca de sus progenitores. El colecho, además,sincroniza el sueño de los papás y del bebéy de ahí que con lo que es una posible alternativa, singularmente en los primeros meses de vida del bebé. Un ambiente demasiado estimulante, por ejemplo, puede ser uno de los motivos por los cuales el bebé no quiera echar una siesta durante el día. La televisión siempre encendida, juegos a todas horas, muchas visitas…, esto puede desconcertar al bebé.
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Se produce de esta forma un efecto de carambola que puede terminar alterando todo su horario. Recuerda que todos los pequeños no son iguales, y ciertos son más dormilones que otros. Además de esto, tendrás que admitir los cambios cuando viajes, tu niño esté enfermo o algún acontecimiento interfiera en los patrones de sueño de tu bebé. Otro motivo podría ser el apetito, si bien lo cierto es que si el niño se nutre bien no hay motivo por el que debería tener apetito nocturno. Si siguen con la lactancia materna, es muy probable que demanden el pecho al desvelarse, pero pocas veces va a ser por apetito, sino por inseguridad o puro placer y confort de tener a su mamá al costado. Como el contacto le ofrece unos estímulos cariñosos permanentes si lo llevas bastante en mochila, fular o en tus brazos es más simple que cuando necesite dormir lo lleve a cabo.
Si está feliz y activo por el día y si por la noche duerme suficientes horas y con un sueño de calidad, no hay que preocuparse demasiado si ciertos días no se echa la siesta. Este aprendizaje es vital para que el niño duerma bien y tranquilo. El niño debe aprender a conciliar el sueño sin que le acunes, le cantes o estés permanentemente a su lado. Debemos descartar que el bebé no duerma bien pues tenga algún problema.
El resultado es que existen muchas estadísticas que te dicen cuánto es el tiempo normal que duermen los bebés en función de su edad. Hay que comprender que estas cifras que te ofrecen son las medias. Pero que sin tener problemas hay bebés que duermen bastante más o bastante menos de las cifras que se hablan de en estas escalas.
Asistir rápidamente sin darle la posibilidad de que se vuelva a reposar es, frecuentemente, el primordial error en el momento en que hablamos de siestas cortas. Asegúrate de que tu bebé no esté sin comer bastante tiempo antes de una siesta. Todo el material al que este sitio hace referencia es puramente informativo. Si tienes cualquier solicitud, dirígete a tu pediatra, ginecólogo o médico de cabecera que te va a poder orientar según tu caso particular.
Este pertence a los errores más frecuentes en tanto que el bebé asociará el instante de reposar con tomar el pecho. Esto quiere decir que, para volver a dormir, precisará tomar el pecho de nuevo, lo cual no es muy recomendable. Si acostumbramos a nuestro bebé siempre hasta que se duerma, puede hacer que lo relacione con el sueño, y que no pueda quedarse dormido sin ello. Por lo que, puedes acunarlo, sí, pero como parte de la rutina, pero solo hasta que esté relajado. En el momento en que lo dejes en la cuna va a ser cuando se duerma, a fin de que relacione la cuna con reposar. Llega la sobremesa y nuestro hijo no ve apropiado echar una cabezadita.
Mi recomendación en estos niños es que busques una buena mochila ergonómica y la uses tanto tiempo como veas que el bebé la acepta. Permite ofrecerle esos estímulos de forma mucho más cómoda y dejando tus manos libres. Pero para su salud, reposar menos de lo que lo hacen el resto bebés de su edad no supone un inconveniente. Y además de esto es imposible conseguir que duerman considerablemente más.
