Cuando Dejan La Siesta Los Niños
A medida que vayan desapareciendo las siestas, vas a tener que adelantar la hora de acostarse de tu bebé un tanto mucho más temprano, para compensar su sueño hasta el momento en que se acostumbre a sus nuevos horarios y no llega a la hora de acostarlo por la noche. Entre las dudas que les rondará la cabeza como padres primerizos, es cuál es el instante en que el bebé deje de dormir la siesta. Es recomendable llevar a los pequeños a la cama cuando estén cansados, pero no si están bastante activos. Para evitarlo, las ocupaciones que se realicen antes de acostarse deben ser relajantes; la actividad intensa es para otros ratos del día. Es sensato, antes de acostarlos, eludir juegos de pc, tableta, consola… que estimulen al niño.
Ten en cuenta que si a los 3 años, la hora de la siesta se transforma en una auténtica guerra campal en la que, en el final, la que precisa la siesta eres tú y no tu hijo, no insistas. Es a partir de esta edad en el momento en que los pequeños precisamente empiezan a dormir toda la noche sin despertares. Para esos niños que pasan el día tranquilo sin reposar siesta, están camino de dejar de hacerla. En este caso y para tener una transición llevadera puedes ajustar la hora de acostarse y adelantarla para lograr recuperar el sueño diurno que no ha hecho.
¿cuánto Debe Dormir Mi Hijo?
De cualquier manera, asimismo es cierto que los pequeños distribuyen las horas que necesitan reposar tanto en el sueño nocturno como en las siestas que hacen durante el día. Lo que es importante entender es que si los pequeños duermen la siesta es porque lo necesitan, esto es, si afirmábamos que reposar es una necesidad biológica del ser humano, si un niño duerme la siesta, ya sea por la mañana o por la tarde, es pues su cuerpo lo necesita. En verdad, si por alguna razón algún día no la duermen, lo común es que estén mucho más cansados de lo frecuente y que todo sean lloros y pataletas. A los dos añoslos niños prosiguen durmiendo una hora tras comer y unas once horas por la noche. Es al cumplir los cuatro añoscuando la mayoría de los pequeños abandonan el hábito de la siestay los padres pueden dejar de considerarla tan necesaria.
También hay que tener cuidado de no beneficiar el temor aludiendo a “cocos”, al hombre del saco, etcétera. Para esos pequeños que duermen bien durante el día, y no tienen inconvenientes para conciliar el sueño en el momento de acostarse, sigue las señales que te vaya dando tu hijo. Pero además de esto, como hemos dicho durante todo el post, si quitamos la siesta a un niño le estaremos privando del descanso que su cuerpo necesita. A medida que los niños duermen mucho más horas durante la noche, el sueño que efectúan a lo largo del día disminuye agrupándose en siestas en las que concentran esas horas de reposo diurno. De esta forma, lo habitual es que un recién nacido haga periodos de sueño de 2 o 3 horas y que se despierte para comer y tras ello se vuelve a quedar dormido. El sueño en la niñez y todo cuanto orbita a su alrededor es una de las cosas que mucho más preocupa a los progenitores y madres con hijos pequeños.
Y Si Le Quito La Siesta, ¿Va A Dormir Más Durante La Noche?
Los niños precisan tener rutinas para sentirse seguros. Si habitúas a que el niño siga siempre y en todo momento exactamente el mismo patrón, le costará menos admitirlo. Si el niño no asiste a una Escuela Infantil procura que duerma la siesta en su cama, de la misma forma que si fuese a la noche. Si asiste a centro de Educación Infantil, prosigue en casa la misma rutina que tengan en la escuela. Si tu hijo no duerme cuando precisa a lo largo del día, lo primero que vas a ver es que comienza a ponerse irritable, molesto, llora mucho más o puedes apreciarlo hiperactivo.
Pero en estos primeros años ningún niño es con la capacidad de soportar un largo día sin dormir al menos un rato, y el más destacable instante coincide con ese \’bajonazo\’ que pequeños y adultos sentimos después de comer. En ocasiones, las respuestas del niño son más esenciales . Permitirle que duerma fuera de la cama no le va a ayudar a aprender a dormirse solo. En las familias que realizan colecho, en la etapa anterior de lactante los pequeños muestran mucho más despertares que los que no comparten cama y en estas edades los padres perciben peor calidad de sueño en estos niños. Para el niño, irse a reposar puede implicar una sensación de separación de los progenitores.
Egún su edad necesitan varios reposos o siestas en todo el día. Durante esos primeros años de vida el sueño cambia y madura de manera progresiva y transcurrido el tiempo acaba siendo similar al de los adultos. Hacia los 3 meses de vida aparece el ritmo circadiano, lo que se traduce en que poco a poco los pequeños comiencen a agrupar más horas de sueño durante la noche, aunque este patrón no está claramente predeterminado hasta los 6 meses de edad. La mayoría de los niños de 2 años siguen haciendo siestas pequeñas, normalmente una por la tarde. Estas siestas pueden durar hasta los 4 o 5 añles, pero para evitar inconvenientes durante la noche, no deben ser muy largas ni tardías. Hay niños que precisan dormir menos horas o que dejan de requerir la siesta antes.
Las siestas les asisten desde su nacimiento a reducir el cortisol que se va construyendo cuando pasan algunos periodos de tiempo lúcidos. Cuanto mucho más pequeño es un niño, menos tiempo puede mantenerse despierto y más número de siestas precisa llevar a cabo a lo largo del día a fin de que este cortisol permanezca en unos niveles razonables. Conforme los niños creen, estos periodos de tiempo se van ampliando. Este estudio es escencial a fin de que el niño duerma bien y tranquilo.
Mi Bebé Vomita Después De Las Tomas ¿cuáles Son Los Signos De Alarma?
Si hay hermanos mayores, están ahora de vacaciones, con la excitación que supone para el pequeño que estén todo el día en casa. Pero todo tiene solución, en cualquier época del año. Si el pequeño no disfruta de este reconfortante reposo de sobremesa es más que probable que por la tarde se ponga irritable, y es posible que se quede dormido en cualquier sitio a las seis o las siete de la tarde. Si esto ocurre, entonces va a ser más difícil que logre conciliar el sueño durante la noche. Se genera así un efecto de carambola que puede terminar alterando su horario.
A veces bostezan, se muestran irritables, lloran por cualquier motivo o se frotan los ojos… Y aun de este modo, no desean reposar. Lo que frecuenta pasar es que están más interesados en seguir jugando o en efectuar cualquier actividad que estén haciendo y no quieren parar. Además de esto, varios empiezan a sentirse independientes y negarse a dormir la siesta no es mucho más que una forma de ejercer su poder sobre el adulto y estimar elegir que es él quien elige si debe o no reposar.
