Como Dormir A Un Bebe De 2 Años
Si tiene temor colocale una pequeña lámpara nocturna y haz una revisión “anti-monstruos” a fin de que se sienta más seguro y relajado. Si tienes dudas sobre cuándo dar agua al bebé, lee estos consejos sobre cómo y cuándo debe beber. La clave se encuentra en llevarlo a cabo con mucha calma, acatando su ritmo y demostrándole que andas ahí cuando te necesita. Lo primero es respetar su ritmo natural, él se va a ir regulando poco a poco.
Asimismo se debe tener precaución de no favorecer el miedo mencionando a “cocos”, al hombre del saco, etc. Dejarle que duerma fuera de la cama no le va a ayudar a aprender a dormirse solo. En las familias que realizan colecho, en la etapa previa de lactante los pequeños muestran más despertares que los que no comparten cama y en estas edades los padres perciben peor calidad de sueño en estos pequeños.
Ictericia, En El Momento En Que El Bebé Se Pone Amarillo
Si ya tiene varios meses, solo logra dormirse en brazos y deseas que vaya aprendiendo a conciliar el sueño sin tu asistencia, puedes poner en práctica un plan gradual. A partir del tercer mes duermen de 3 a 4 siestas durante el día. Los inconvenientes de sueño del bebé menor de un año se tienen que más a los padres que al niño. Los niños son seres profundamente rítmicos, esto es, rutinarios.
Explota las horas antes de irse a la cama para efectuar actividades relajantes, como darle un baño caliente, ponerle música suave o leer un cuento, lo que sea que le transmita tranquilidad y relajación. Impide que tu hijo realice ocupaciones muy estimulantes desde una o dos horas antes de reposar, esto le alterará lo bastante como para que no desee dormirse y tenga las energías recargadas. Es recomendable que el niño aprenda a conciliar el sueño solo, sin la presencia de los progenitores. Asimismo continúan los despertares nocturnos, pero menos varios y más cortos. El número de despertares durante los cuales el niño está mucho más de 20 minutos despierto va disminuyendo con la edad.
Información Sobre Los Autores
Las horas de sueño el niño se queda absolutamente solo, separado de los padres y afrontando sus propias fantasías y miedos. A esta edad comienza a despertarse el pensamiento mágico que puede hacerle imaginar peligros y seres amenazadores. Por eso no debe extrañarnos que ese instante de transición de la vigilia al sueño sea para ellos un trago duro de pasar.
En contraste a las pesadillas, los terrores nocturnos se generan en la etapa más profunda del sueño, de ahí que el niño no acaba de despertarse. A los 7 meses, muchos bebés han dejado ya la toma nocturna, pero otros prosiguen reclamándola. La razón es que cada niño sigue su ritmo en el momento de adoptar hábitos de sueño y nutrición. Así, es completamente habitual que el bebé prosiga despertándose más de una vez durante la noche. Por eso, por el bienestar de tu hijo, pero también por el tuyo propio, es indispensable buscar resoluciones a los inconvenientes de sueño de tu bebé.
Hay niños que precisan reposar menos horas o que dejan de requerir la siesta antes. Cama de «niño grande»Los niños grandes aprenden a dormirse solitos cuando deben descansar… Y tienen una cama grande. Tras estar recluído en su cuna, va a salir una y otra vez de su nueva cama… sencillamente por el hecho de que puede. Ve a verle pero no le saques de la cama, consuélale y vuelve a marcharte. “Mi bebé, de 9 meses, antes se quedaba dormido sin inconvenientes, pero ya hace unos días llora y se destapa en el momento en que ve que salgo de su dormitorio”, cuenta una madre. Esta situación es muy común pues sobre los nueve meses es la temporada del miedo a la separación.
Durante el embarazo, el bebé se dormía con el despacio vaivén de los movimientos de su madre y el sonido de los latidos de su corazón. Cuando llega al mundo, estar en brazos de mamá o papá y ser mecido le contribuye a rememorar esta agradable situación, de ahí que varios bebés unicamente se duermen así. Hacia los 4 o 5 meses, muchos bebés lloran unos minutos antes de quedarse profundamente dormidos. [newline]Este comportamiento, que en ocasiones dura bastante, se debe a que el llanto es una forma de dejar en libertad nervios y tensiones y les asiste para calmarse y a conciliar el sueño. A fin de que los pequeños puedan empezar a dormir solos hay que asegurarse que están totalmente abatidos. Lo ideal es comenzar la hora de sueño 30 minutos antes de lo habitual y en el instante en que se meta en cama decir “ya vuelvo”, para empezar a separarse de manera suave.
El pequeño llora porque ya siente que es una persona distinta a ti, pero aún no comprende que prosigues existiendo cuando no te ve. Desde los tres meses, tu bebé puede ir adquiriendo hábitos saludables de sueño que le asistan a estar contento durante el día, mejoren su avance y faciliten a la familia un reposo de calidad. Si está feliz y activo por el día y si por la noche duerme suficientes horas y con un sueño de calidad, no hay que preocuparse demasiado si algunos días no se echa la siesta. Aún de este modo, no se debe dejar de darle la oportunidad de echársela e procurar que recupere el hábito, pues es fácil que tras los primeros días de actividad y euforia comience a dar signos de que precisa recuperar un ritmo regular de siesta. Llega la sobremesa y nuestro hijo no ve apropiado echar una cabezadita. En todo momento del que dispone le semeja poco para satisfacer su curiosidad, ejercer su independencia y no parar ni un minuto.
